Las intervenciones digitales, o de asistencia sanitaria por móvil o electrónica, son cada vez más frecuentes en sanidad y es importante evaluar sus efectos. Teniendo en cuenta esto, una nueva revisión Cochrane de febrero de 2024 examina la evidencia de las intervenciones con teléfonos inteligentes para adolescentes y adultos con sobrepeso u obesidad. En este podcast, Eva Madrid, de la Universidad de Valparaíso de Chile, conversa con la autora principal, Maria-Inti Metzendorf, de la Universidad de Düsseldorf de Alemania, en el Centro Cochrane Iberoamericano de Barcelona, España, donde ambas están haciendo una estancia.
Andrea: Hola, soy Andrea Cervera, responsable de traducción del Centro Cochrane Iberoamericano. Las intervenciones digitales, o de asistencia sanitaria por móvil o electrónica, son cada vez más frecuentes en sanidad y es importante evaluar sus efectos. Teniendo en cuenta esto, una nueva revisión Cochrane de febrero de 2024 examina la evidencia de las intervenciones con teléfonos inteligentes para adolescentes y adultos con sobrepeso u obesidad. En este podcast, Eva Madrid, de la Universidad de Valparaíso de Chile, conversa con la autora principal, Maria-Inti Metzendorf, de la Universidad de Düsseldorf de Alemania, en el Centro Cochrane Iberoamericano de Barcelona, España, donde ambas están haciendo una estancia.
Eva: Hola, Maria-Inti. Lo primero, cuéntanos, por favor, ¿por qué se cree que las aplicaciones para teléfonos inteligentes pueden ayudar a personas con sobrepeso u obesidad?
Maria-Inti: Hola, Eva. Por supuesto, Muchas personas utilizan a diario aplicaciones para teléfonos inteligentes y algunas están diseñadas expresamente con fines sanitarios, para intentar ayudar a las personas a mantener unos hábitos saludables. En el caso de nuestra revisión, las aplicaciones que examinamos estaban pensadas para ayudar a las personas con sobrepeso y obesidad a tomar buenas decisiones en materia de salud. Esto significa que los adolescentes y adultos que las utilizaban podrían volverse más activos físicamente, modificar la forma de comer o pensar de forma más positiva sobre sí mismos.
Eva: Entonces, ¿por qué es importante tener estudios de investigación y revisiones sistemáticas sobre la efectividad de estas aplicaciones?
Maria-Inti: Desde hace algún tiempo, a las personas con obesidad se les han ofrecido programas multicomponente, como una combinación de dieta, actividad física y técnicas de modificación de conducta, pero ahora cada vez más personas utilizan teléfonos y otros dispositivos móviles, que suelen llevarse cerca del cuerpo, para tratar de apoyar comportamientos saludables. Por eso es importante saber si las aplicaciones realmente hacen lo que se pretende.
Eva: Y, ¿cuál es el objetivo de estas aplicaciones?
Maria-Inti: Se considera que estas aplicaciones promueven la autoeficacia y la adherencia de las personas, por ejemplo, mediante el seguimiento de la actividad física y la dieta o el envío de recordatorios. También pueden proporcionar información práctica u orientación sobre la autogestión. Sin embargo, aunque hay buenas teorías sobre cómo podrían funcionar estas aplicaciones, es esencial saber si funcionan en el mundo real, y por eso hicimos esta revisión Cochrane.
Eva: Para vuestra revisión, entiendo que incluisteis estudios que analizaran intervenciones que debían administrarse fundamentalmente por una aplicación móvil, con un contacto en persona con un profesional sanitario al mes, como máximo. La aplicación también debía incluir al menos dos "técnicas de modificación de conducta", por ejemplo, seguimiento del peso, la alimentación o la actividad al mismo tiempo que se proporcionan mensajes o información motivacional sobre hábitos saludables, ¿no?
Maria-Inti: Sí, ese fue el enfoque más amplio, pero, como los estudios fueron tan distintos entre sí, tuvimos que dividirlo en varias comparaciones de las cuales mencionaré un par.
La comparación principal de la revisión fue aplicaciones para teléfonos móviles frente a ninguna aplicación e incluyó 13 estudios con participantes adultos. Se vio que las aplicaciones probablemente dan lugar a poco o ningún cambio en el tiempo total de actividad a los 12 meses y en la actividad física de ocio a los 24 meses. También observamos que una aplicación podría reducir el índice de masa corporal a medio plazo, pero la evidencia es muy incierta y probablemente no se produzcan cambios en el peso corporal después de dos años. En cuanto a la calidad de vida y el bienestar, es probable que las aplicaciones apenas produzcan diferencias al cabo de un año y que no haya apenas diferencias en los hábitos alimentarios al cabo de uno o dos años.
También comparamos una aplicación para teléfonos inteligentes con una intervención de asesoramiento personalizado, pero solo hubo un estudio en adolescentes, y la aplicación dio lugar a poca o ninguna diferencia en el índice de masa corporal después de seis meses.
Eva: ¿Y qué certeza tenéis de los resultados?
Maria-Inti: Es una buena pregunta. En general los efectos son entre moderados y muy inciertos. Los efectos variaron mucho en función del estudio y la comparación, y ninguno de los resultados favorece claramente a las aplicaciones.
Eva: Qué interesante. ¿Los estudios se basaron en aplicaciones disponibles actualmente para descarga?
Maria-Inti: En realidad solo dos eran aplicaciones para móviles disponibles comercialmente: "Lose It!" y "WW" (antes Weight Watchers). Sin embargo, existen otras aplicaciones ampliamente utilizadas para el sobrepeso o la obesidad, como "MyFitnessPal", "Noom", "Fitbit" y muchas más. No obstante, aún no se han evaluado en estudios aptos para incluirse en nuestra revisión y no se puede afirmar si son eficaces o no. Esto probablemente está relacionado con el hecho de que, a diferencia de los medicamentos, las aplicaciones no suelen requerir un estudio que respalde sus afirmaciones. Es interesante señalar que se podría incluir una aplicación ("zanadio") autorizada recientemente por el Instituto Federal Alemán de Medicamentos y Productos Sanitarios para personas con obesidad que está disponible bajo prescripción de médicos y psicoterapeutas. Pero, en general, la mayoría de las aplicaciones están a disposición del público sin receta.
Eva: ¿Cuál es el reto más crítico que os habéis encontrado al hacer esta revisión?
Maria-Inti: Esto es muy relevante, Eva, porque nos hemos enfrentado a algunos retos metodológicos comunes a las revisiones sistemáticas de intervenciones sanitarias a través de móviles. Por ejemplo, no hubo información suficiente sobre las características, los componentes específicos o las técnicas de modificación de conducta de las aplicaciones, ni sobre la intensidad de la intervención. Tampoco pudimos evaluar el efecto de la valoración automatizada frente a la humana, que son clave para la participación y adherencia del usuario y podrían afectar la eficacia de las aplicaciones. Igualmente, tampoco fue posible investigar si las aplicaciones personalizadas son más eficaces que las que son igual para todos, porque las aplicaciones de la revisión utilizaron opciones de personalización muy diferentes. Por último, no hubo estudios de países de ingresos bajos, por lo que no se sabe cómo podrían funcionar en esos entornos.
Eva: De cara al futuro, ¿crees que se lograrán disipar algunas de estas dudas?
Maria-Inti: Eso esperamos. Identificamos 34 estudios en curso y ampliaremos nuestra evaluación a medida que dispongamos de más estudios. Además, la tendencia actual va hacia una mayor adaptación y personalización de las aplicaciones con las denominadas "intervenciones adaptativas en el momento justo" ("just-in-time adaptive interventions"). Merecerá la pena investigarlas en una futura actualización de la revisión.
Eva: Finalicemos con una conclusión para los oyentes. Parece haber mucha incertidumbre acerca de la efectividad, pero al mismo tiempo casi no hay información sobre los efectos perjudiciales. ¿Estaría mal que la gente diera una oportunidad a estas aplicaciones?
Maria-Inti: Diría que, dado que la evidencia es limitada y no muestra un beneficio claro de las aplicaciones para teléfonos inteligentes, las personas con obesidad deberían considerar detenidamente los posibles efectos beneficiosos, perjudiciales y las incertidumbres a la hora de decidir si utilizarlas o no. No descartaría las aplicaciones para móviles, pero la evidencia actual es demasiado incierta para afirmar que funcionan, por lo que habría que moderar las expectativas. Animaría a las personas a comentarlo con su médico o profesional de atención primaria, por si hubiera alternativas más eficaces que pudieran ayudarlas.
Eva: Gracias por conversas conmigo hoy, Maria-Inti. Las personas pueden leer la revisión en la Biblioteca Cochrane, buscando con las palabras: "teléfono móvil, sobrepeso y obesidad". También podrán encontrar el enlace junto a este podcast en la web de Cochrane.